Voy a contaros un secreto

Dos entregas tendrá La Canción Eterna. Dos volúmenes, a cual mayor. Para el lector ávido, fiel y que se rasca el bolsillo, habrá un premio que solo el más avezado y astuto, solo el más rápido y diligente, obtendrá. Un TESORO escondido.

Dos pistas se os darán. Ni fáciles ni evidentes. Dos bocados. Dos viajes. Dos realidades. Dos tiempos.
¿Seréis capaces de resolver el acertijo y seguir bien las pistas para hallar el tesoro escondido?
El tesoro permanecerá oculto hasta que el primer lector lo descubra. Quizás no sea oro ni dinero, pero tendrá un gran valor, no solo para el autor, que lo ama, sino también para las futuras generaciones. Y solo habrá uno.
Será real. Un objeto. Algo físico. Algo cierto. No un mero reconocimiento o una nota. Algo que ver, algo que disfrutar, algo que transmitir.

No seáis estúpidos. No contéis las pistas a nadie más. Quien lo quiera, que se lo trabaje. Quien lo quiera, que compre el libro, que se rasque el bolsillo y se gane el derecho a buscarlo.
Quien lo encuentre, se ganará el privilegio de hacer lo que quiera con el tesoro. Será suyo. Y llevará mi marca.
¿Dónde estará? Tendréis que esperar a que se publique la obra y tenerla en vuestras manos para empezar a buscar. Y creedme, de nada os servirá preguntar: solo un número reducidísimo de personas conocerán su ubicación, e incluso no todas de ellas sabrán exactamente qué es o dónde se esconde.
