
Puedes creer que eres libre,
y que te levantas cada día
muy temprano para ir a trabajar…
porque quieres.
Puedes creer que es correcto
regalar los mejores años de tu vida
a personas que te ven solo…
como un gasto.
Puedes creer que tú mandas
y que puedes largarte cuando quieras,
y buscarte un nuevo reto…
en otro sitio.
Puedes creer que te valoran
y que eres esencial para ellos,
y que te pagan con holgura…
tu trabajo.
Puedes creer que tu casa es tuya,
que tu coche y tu ropa son tuyos,
y sobre todo que tu escaso tiempo…
es solo tuyo.
Puedes creer mil cosas, amigo mío,
pero por mucho que tú creas,
por ese camino nunca llegarás
a un buen final.
Porque tú eres simplemente
la mosca atrapada
en la tela de la araña.
Y la araña te está convenciendo
con sus ojos maléficos
y su lengua dulce
de que te dejes comer,
poco a poco,
día a día,
sin agitarte,
para que ella se mantenga
tan gorda como siempre.