Me mandan este vídeo del mar, costa de Málaga.
¿Quién no desearía pasear junto al mar una tarde de otoño?
Echo de menos su rumor, su lenguaje secreto y fascinante, el sabor de la sal, la humedad y la inmensidad de su fuerza.
Gracias a Isabel por reavivar mi añoranza del océano seductor.