Buenos días, amigos del mundo. Good morning, my friends.
¿Cómo estáis en este domingo? Es un hermoso día para meditar. Es un hermoso día para acabar una tarea.
Llegamos al final de nuestro sendero. La Semana del amor (el mes en el blog) ha terminado. Hemos podido recorrer paisajes de todo tipo, y hemos contemplado escenas variopintas, desde la pasión desenfrenada al dolor inconsolable, pasando por la emoción de la maternidad, la sorpresa del encuentro, el descubrimiento de algo nuevo o la nostalgia del pasado. El amor es el tema universal de la literatura precisamente porque tiene mil caras y porque todos los lectores pueden identificarse con el relato literario, dado que siempre habrá uno que le cuadre a cada lector como un traje nuevo hecho a medida.
Todos los hombres nacemos con la aspiración de amar y ser amados. Es la verdad del ser humano. Al reflejarla en sus disfraces y personajes, la literatura no hace otra cosa más que representar lo que late en el corazón de todo hombre y mujer que viene a este mundo. De este modo, la literatura se convierte en un altar, en un ara sagrada donde se expone el secreto santísimo de la razón de vivir. Porque, desengañaos, hemos nacido para amar; y aquellos que no aman por voluntad propia son menos que hombres, como bestias, o son ídolos paganos hechos de piedra y oro, con los pies de un barro rezumante y maloliente.
¡Viva el amor! Aunque el amor sea lo que más nos hace sufrir, no os quepa duda. Porque amar y sufrir son dos verbos con la misma raíz y la misma tierra: el corazón. No se ha conocido hombre capaz de amar sin sufrir, ni de sufrir sin amar. Pero incluso ese sufrimiento es deleitable y deseable, porque en su terrible naturaleza es la mejor prueba de que se ha amado. Como decía una vieja canción religiosa, con un sentido mucho tan profundo que podría servir de tema para una gran novela, «en el atardecer de la vida, nos examinarán del amor».

La Semana del amor termina, pues. Pero no todavía. Ya me entendéis: nos queda un último brindis. ¿Qué mejor motivo para un brindis que una verdadera declaración de amor? La declaración es esa acción mística y sísmica que conmueve una vida y la levanta hasta el cielo, o la hunde hasta el abismo. Todo empieza, o termina, con ella.
Hoy tenemos el gustazo de leer esta declaración de amor escrita por Blanca, otra alumna del Curso de escritura, que se lanzado y nos ha entregado lo más secreto de sus sentimientos en este breve poema, que bien podría salir de la mano de cualquiera de nosotros, porque todos hemos pasado por esa emoción, esas dudas y esa entrega. Espero que os guste y que dejéis un like.
<<Carta de amor
Esas manos son mías.
Esos ojos también.
Esos labios también.
Tu corazón también.
Y tu olor que respiro.
Todo tuyo me pertenece,
eres mío,
nadie puede tocarte.
Pero ¿eres mío?
-Soy todo tuyo, con todo
-Nunca dejes que nadie te vuelva a tocar,
ni te vuelva a besar.
Eres la luz que alumbra y llena mis días.
Eres como una llama que aparece en la oscuridad.
Te amo ¿no lo sientes?
Ha sido un milagro mi amor,
todo nuestro amor ha sido un milagro.
Aun cuando tu y yo no lo pensáramos,
ha sido como si estuviera destinado a suceder.
Siempre te pensé, siempre te imagine, siempre supe que andabas por ahí.
Sabíamos que nos íbamos a encontrar, aunque no lo creas siempre te adiviné.
Fue como un sortilegio: un sortilegio de amor
Siempre serás mi locura y la fuente de mi inspiración
Cuando siento tu respiración, mi corazón late más deprisa y la sangre corre por mis venas como una conexión y una descarga eléctrica del torrente sanguíneo, que recorre todo mi cuerpo y mi ser.
Que explota como un volcán en erupción y besa con un grito.
Besa mi río hasta su desembocadura.
Besa mis días.
Besa mis noches.
Y mis diluvios a pleno sol.
Dime que cada noche quiero bajarte la luna y las estrellas
Eres mi todo y mi universo
Hay algo en tu corazón diferente a los demás,
que me hace volar a la luna en cohete para poder ir a verte.
Y si no, poner una escalera para bajarte las estrellas
y poder verte y darte un beso por un segundo.
Por un minuto…
Tengo que decir que me duele el corazón si tú no estas,
y la vida
no es la misma sin tu amor.>>