Sí, amigos, desengañaos. Es posible que alguno de vosotros frunza el ceño al leer el título. Pero fruncirlo no hará más digerible la certeza que encierra, ni rectificará un punto su evidencia. Muchos os han dicho lo contrario. Habéis puesto, incluso vuestra confianza, vuestra fe ciega, en algunos de esos libros. Quizás otros han inspirado para vuestra vida, y hasta puede que algún libro que otro os haya marcado profundamente. Pero todo son ilusiones. Desengañaos.
He aquí la gran verdad, disfrazada con los ropajes aparentes de la realidad:

Todos los libros mienten,
porque todos terminan
de la misma manera:
el autor muere.
Pero ninguno lo dice.