Isabella (mención especial I Premio Somnia)

Queridos amigos y lectores de Somnia:

Como os decíamos ayer, vamos a ir publicando poco a poco los relatos más destacados del I Premio Somnia de relato breve. Entre las menciones especiales, que fueron tres, tenemos este relato corto titulado Isabella, escrito por Susana Gil, que os dejamos a continuación trascrito, para que podáis leerlo. De él hay que destacar que, siendo tan escueto, ha sabido conjugar personalidad de estilo, intensidad y sorpresa. Juzgadlo por vosotros mismos.

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La luz asomaba a duras penas por el horizonte cuando Isabella salió de puntillas de casa,  buscando el frescor y la tranquilidad de la calle. Dentro, aún flotaban el bochorno, la  pestilencia del alcohol trasnochado, los ecos del miedo, la vergüenza sonrojada. 

Antes de partir, lo había dejado todo bien recogido para no tropezar y caerse: cada  pedazo de su orgullo estrellado contra el suelo, cada jirón de autoestima desgarrado a puñetazos, las sillas volcadas. Los restos del naufragio. 

Sacudió la cabeza, tenía que conseguir alejar al monstruo del pensamiento. No debía distraerse con la magnitud de los detalles, porque ahora necesitaba disfrutar plenamente, con los cinco sentidos, de ese instante de libertad que le estaba permitido muy de vez en  cuando. 

Se sintió segura, era muy temprano y no se cruzaría con nadie, cosa que agradecía. No quería ver su secreto reflejado en otros rostros. En nada la ayudarían y solo estropearían  este momento precioso. 

En pocos minutos llegó a la playa, abandonó sus chanclas en una roca y, sin soltar la bolsa que llevaba, empezó a caminar relajada por la orilla. El agua, todavía fría,  masajeaba sus pies despejando el aturdimiento que provocaban las noches en vela.  Sentía que su vida era una trenza cada vez más apretada, le aniquilaba los sentimientos y le robaba el habla. Había olvidado hasta el sonido de su voz, antaño cantarina, hoy reducida a un trémulo murmullo. La interior, por el contrario, gritaba clamando justicia, y de poco servía, porque nadie la escuchaba. 

Al final del paseo, empezó a subir la pendiente que coronaba el acantilado. El primer tramo de arena suave se transformaba, paso a paso, en un suelo pedregoso, escarpado. Casi ni lo notaba en sus plantas, acostumbrada desde niña a andar descalza. 

Con la respiración agitada, al alcanzar el punto más alto, contempló la grandeza de ese mar del que nunca se había separado. El sol ya empezaba a dominar el paisaje y, sin  consultar el reloj, supo que su tiempo se acababa. Buscó rápidamente dentro de la bolsa el único objeto que siempre la acompañaba: una botella.  

No recordaba las que su marido había vaciado de bebida y ella había llenado de cartas, pero, sin duda, habían sido demasiadas. Un ritual que iniciaba después de cada paliza y terminaba al alba. 

Cogió impulso una vez más y la lanzó con todas sus fuerzas. Confiaba en que, al otro lado de esa inmensidad, hubiera alguien dispuesto a ayudarla.

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Además, Susana tiene un blog literario que podéis visitar, llamado Las palabras de Sue, que podéis encontrar en el siguiente enlace:

https://susgilbar.blogspot.com/?m=1

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El I Premio Somnia de relato breve se creó con la intención y el fin de promover la literatura entre los autores más desconocidos, y la lectura en internet.

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