Queridos amigos de Somnia, queridos amigos y lectores míos:

Mi camino pasa por esta caseta.
Este es mi camino.
Esta tarde a las 17:00 h me veréis allí, parado, esperando que os acerquéis, soñando con que muchos de vosotros preguntéis por mí, por mi novela Canción Eterna, que os paréis a haceros una foto conmigo, que compréis el fruto de mi trabajo… Pero esto es solo el «final» de un sendero, de un camino muy largo, que empezó hace muchos muchos años.
¡He trabajado tanto para llegar aquí! ¡Han sido tantos años perseverando! ¡Tantas horas oscuras y silenciosas sin otra guía que mi propia fe, mi propia fuerza de voluntad, sin otro apoyo más que mi propia esperanza en el futuro! ¡He tenido que escuchar tantas veces frases como «eso no sirve para nada», o «no pierdas el tiempo con tonterías»! Nadie bajó al barro a levantarme cuando me caí. Nadie me vio llorar con cada pequeño fracaso, ni me vio ilusionarme con cada pequeña alegría, o emocionarme con cada texto perfecto. Nadie, salvo Dios, que puso en mí esa pequeña semilla, que comenzó a germinar siendo yo muy niño. Él me trajo hasta aquí. Él abrirá para mí un nuevo mundo a partir de hoy.
¡Soy escritor!
Para eso nací.
Para eso vine al mundo.
Y hoy, por fin, estaré donde están los escritores: en la Feria del Libro de Madrid, la más importante de nuestro país.
Si no estás hoy conmigo, pudiendo estar, o el próximo miércoles 15, te lo perderás. Porque no sé si habrá una nueva ocasión. Solo sé dónde estoy hoy. Solo existe el presente. Y hoy me muestro al mundo y muestro mi obra (imperfecta, llena de errores, pero profundamente mística, mágica, épica), para aportar ni un producto más, no un objeto más, sino un instrumento de felicidad, un ladrillo de progreso, un gramo de alegría y belleza. ¿Qué, si no, es la literatura, y a qué contribuye, si no es a llenar el mundo espiritual de belleza, emoción, asombro y espanto? Para eso la creamos. Para eso la escribimos. Para que nuestra vida interior sea más rica, más poderosa, se alce más hacia el cielo y se lance más fuerte hacia al futuro.
He luchado mucho para estar hoy en Madrid. Pero también es un premio excesivo. Soy consciente de que soy un privilegiado, y no creo que lo merezca más que otros muchos que no podrán estar. Por eso, os llamo a estar a mi lado, y os doy las gracias si lo estáis.
Gracias sobre todo a mi mujer, a mi familia, a mis hijos, a mis amigos de verdad. Gracias a mi editor y a mis lectores, por supuesto, que hacen que todo esto valga la pena.
Os veo a las 17:00h.
Y si no puede ser hoy, os veré el miércoles 15 a las 20:00h.
¡No faltéis! Nadie sabe dónde estaremos el año que viene. Aprovechad el momento. Carpe diem.
Bravo Jaime!! Entiendo y comparto tu ilusión!!! Pena no coincidir contigo…Nos veremos !
Me gustaMe gusta