Hoy he escuchado a un tipo que estaba jugando online a un videojuego, usando todas las maravillosas tecnologías de la información que han costado cientos, miles de años de avances científicos, valiéndose de los descubrimientos en informática, en electrónica, en fabricación de circuitos, en geología, en química… y mientras hacía esto, estaba dudando de que la tierra sea redonda, porque no entendía «que una pelota pudiera inclinarse».
Es el síndrome de los tontos hartos: han comido tanto que desprecian la comida y dicen que no es real ni les hace falta.