Estoy estresado. Y cuando estoy estresado, lo normal es que me duela el cuello, y a veces también el resto de la espalda, pero no la tripa. En cambio, hoy me duele la tripa. ¿Sabéis por qué? Porque tengo hambre. Porque mezclo dieta con trabajo. Y mi cuerpo se resiente. Esta es la vida queSigue leyendo «D – El precipicio»