Frente al océano inmenso, abandoné el camino por el que reptaba, y allí tomé asiento, sobre una piedra. Las horas pasaban despacio, y yo contemplaba las aguas, hipnotizado por su vaivén espumoso. Allí, frente al mar sin límites, trataba de medir tu cercanía, pues te buscaba a ti, el Escondido, y la tierra entera habíaSigue leyendo «Vocación de playa»