No sé cuándo ni por qué escribí este brevísimo relato… ¡Ya veis, la cabeza de un escritor es un cajón de sastre donde hay amontonados miles de recuerdos insignificantes y donde quedan enterrados otros relevantes, para nunca volver! Pero, por si os gusta, os lo regalo… «Tuve que irme a la cama para no flaquear.Sigue leyendo «OS CONTARÉ POR QUÉ NO FUI AYER A LA FIESTA…»